Arquitectura

Del castillo a la vanguardia

La arquitectura es más que un techo sobre nuestras cabezas: es el lenguaje con el que las sociedades hablan al futuro. En esta galería se reúnen edificios humildes y grandiosos, modernos y medievales, religiosos y civiles. Castillos en ruinas, iglesias góticas, catedrales que se elevan hacia el cielo, puentes de acero que cruzan paisajes imposibles o fachadas contemporáneas que dialogan con la geometría pura.
Cada fotografía es un testimonio del ingenio humano y de cómo, en cada época, la piedra, el ladrillo o el hormigón se han convertido en símbolo de identidad y permanencia.
Líneas rectas y ventanas repetidas que dibujan un entramado casi abstracto de la arquitectura contemporánea.
Ejemplo del románico segoviano (siglo XII), con su torre esbelta y galerías porticadas que evocan siglos de historia.
Construida en estilo gótico tardío en el siglo XVI, se alza majestuosa como uno de los últimos grandes templos góticos de Europa.
Con su tono verdoso y líneas verticales, el rascacielos Sky simboliza la modernidad que dialoga con el horizonte urbano.
Colosal obra romana del siglo I d.C., desafía el tiempo con sus sillares perfectamente ensamblados, aún en pie tras dos milenios.
De piedra rojiza y madera reforzada, esta entrada recuerda el pasado medieval de Albarracín y sugiere historias ocultas tras los muros.
Simetría geométrica en una fachada contemporánea, donde el reflejo del cielo convierte cada ventana en un pequeño cuadro.
Esta joya románica del siglo XIII se alza en una loma frente a la Laguna de Gallocanta, ofreciendo vistas privilegiadas del entorno. Reformada en los siglos posteriores y restaurada en 1987 —cuando apareció un antiguo osario oculto—, la ermita mantiene viva la leyenda que dio origen a su nombre. En esta imagen, bañada únicamente por la luz de la Luna, el templo parece suspendido entre historia y misterio.
Entre gargantas y roca, esta iglesia del siglo XVI se yergue en el corazón despoblado del valle, vestigio silencioso del ayer, en el límite del Parque Nacional.
La madera gastada y los muros de piedra reflejan el paso de los años y la sobriedad de la arquitectura pirenaica, integrada en un paisaje de montañas y silencio.
Entre montañas y bosques, este antiguo caserón recuerda la vida que animó en otro tiempo a Escuaín, en los paisajes del Pirineo aragonés.
Con su silueta de castillo de leyenda, el Alcázar de Segovia se alza sobre la confluencia del Eresma y el Clamores, símbolo de poder desde la Edad Media y residencia real en siglos posteriores.
Excavado bajo la roca en un paraje único, este conjunto románico guarda la memoria de los reyes de Aragón y de la vida monástica en plena montaña pirenaica.
Un edificio monumental renacentista del siglo XVI, erigido por Jaime Martínez de Luna como panteón familiar y enraizado en la arquitectura conventual dominica. Su fachada, iglesia y claustro cobran vida con la luz del ocaso, revelando texturas de piedra y memoria.
Una de las obras maestras del gótico catalán (siglo XIV), conocida como la “catedral del mar”, cuya elegancia austera se eleva con fuerza hacia el cielo barcelonés.
Templo románico del siglo XIII, de planta dodecagonal, construido por la Orden del Santo Sepulcro y cargado de simbolismo. Su torre destaca en el paisaje castellano.
Este imponente órgano contemporáneo, obra de Gerhard Grenzing (2002), con tres teclados y pedalera accionados mecánicamente, retoma el legado sonoro del templo. Su caja de múltiples planos dialoga con la luz que filtra desde los ventanales góticos, reviviendo la historia musical del Pi tras la pérdida del órgano barroco anterior durante el devastador incendio de 1936.
Una escalera helicoidal al aire libre convierte la fachada en una composición casi escultórica de líneas y curvas metálicas.
La catedral de Santa María de Urgel, construida en el siglo XII, es el mayor ejemplo de románico lombardo en Cataluña y pieza clave en la historia del Pirineo.
Detalle de ventanales y paredes en tonos rojizos. Una imagen abstracta y minimalista que muestra la estética cotidiana de un bar de Reus.
Estructuras metálicas y muros de vidrio definen esta arquitectura contemporánea, reflejando cielo y ciudad en planos superpuestos.
Construida a partir del siglo XII en estilo gótico anglonormando, la catedral de Cuenca sufrió en 1902 el derrumbe de su torre y parte de la fachada, quedando parcialmente derruida. Ese aspecto único, a la vez majestuoso y diferente, la convierte en un símbolo irrepetible del patrimonio conquense.
Una larga pasarela metálica se adentra en el Mediterráneo. Tras los temporales recientes, el puente sufrió graves daños, símbolo de la fragilidad de las construcciones frente a la fuerza del mar.
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