Accesorios
Estas son las cámaras que forman parte de mi equipo actual. Algunas me acompañan desde hace más de dos décadas y aún siguen en uso; otras son incorporaciones más recientes, siempre encontradas en el mercado de segunda mano a precios muy bajos, o recibidas como regalo en algún caso.
La colección va creciendo poco a poco, porque con menos dinero del que cuesta una cena se puede dar nueva vida a una cámara diferente. Casi todas son modelos que nunca han formado parte de la élite fotográfica, y mucho menos ahora que cuentan ya con bastantes años.
Aun así, son fantásticas: cada una tiene su propio estilo o “personalidad”, y muchas veces son precisamente los modelos más sencillos los que terminan sorprendiendo por los resultados que ofrecen.
Con estas cámaras se puede hacer fotografía de muy alta calidad. De hecho, suele obtenerse más provecho de una cámara antigua o modesta cuando se conoce bien y se sabe aprovechar, que de un modelo sofisticado usado sin técnica ni sensibilidad hacia la fotografía. Esa es, en el fondo, la enseñanza que quiero transmitir con esta muestra.
Trípodes
El trípode es uno de esos accesorios que marcan la diferencia en muchas situaciones.
Cuando se trabaja en interiores con poca luz, con teleobjetivos largos o simplemente cuando se busca la máxima nitidez y estabilidad, disponer de un buen trípode se vuelve imprescindible.
En mi equipo utilizo un trípode grande, robusto y articulado en todas sus patas, lo que le permite adaptarse a cualquier terreno con seguridad. La rótula de tres ejes facilita un control muy preciso en la composición, aunque en ocasiones también recurro a una rótula de bola, más rápida y versátil. Es un trípode capaz de soportar cualquier cámara sin problemas, incluso las más pesadas.
Junto a él, siempre resulta práctico contar con un trípode más pequeño, como el Gorillapod. Sus patas flexibles permiten fijarlo en lugares insospechados: alrededor de un tronco, en una barandilla o sobre una mesa. Es ligero, fácil de transportar y una solución eficaz cuando el trípode grande no es viable.
A estos soportes se suman otros complementos, como el adaptador para sujetar el teléfono móvil en el trípode. También hemos colocado aparte la placa rápida, esa pieza que se fija a la cámara y luego se encaja en el trípode. Es un sistema muy práctico, mucho mejor que los trípodes en los que hay que enroscar directamente la cámara: permite montar y desmontar en segundos, y lo ideal es tener varias placas para dejarlas ya colocadas en distintas cámaras y evitar tener que cambiarla de una cámara a otra cuando queramos usar otra máquina de fotografiar.

Filtros y lentes
En la fotografía, los filtros siguen siendo accesorios muy útiles para obtener resultados que no siempre se consiguen con la edición digital. En esta imagen podemos ver algunos ejemplos: una lente de aproximación Raynox, que se acopla fácilmente a casi cualquier objetivo gracias a su sistema de pinza; un filtro polarizador, ideal para intensificar los cielos y eliminar reflejos indeseados en superficies como el agua o el cristal; un filtro de densidad neutra, que permite alargar los tiempos de exposición incluso a plena luz del día; un filtro de densidad neutra degradado, especialmente útil en paisajes para equilibrar la diferencia de luz entre el cielo y la tierra; otra lente de aproximación, que acerca los pequeños detalles sin necesidad de un objetivo macro dedicado; y un filtro UV, pensado originalmente para bloquear la radiación ultravioleta y que hoy en día se utiliza sobre todo como protección para la lente.

Flash y complementos
En esta imagen vemos algunos accesorios básicos pero muy prácticos para trabajar con flash. El protagonista es un flash externo, mucho más potente y versátil que el integrado en la cámara. Para suavizar su luz dura se utilizan distintos accesorios: por ejemplo, un difusor de flash, que reparte la luz de forma más homogénea y evita sombras demasiado marcadas. También aparece una célula fotoeléctrica, que permite disparar el flash de manera inalámbrica al detectar el destello de otro, muy útil en montajes con varias fuentes de luz. Y, finalmente, un difusor casero para macro, fabricado a partir de un simple envase reciclado: una solución económica y sorprendentemente eficaz para envolver al sujeto con una iluminación suave y envolvente cuando trabajamos a corta distancia.

Accesorios de memoria y energía
En esta imagen aparecen tres accesorios más. A la izquierda vemos una empuñadura para cámara, que permite montar dos baterías en lugar de una y ofrece además un agarre más cómodo , especialmente al disparar en posición vertical (incluye botones duplicados).
En el centro aparece una tarjeta Compact Flash de 1 GB, que en su momento fue muy utilizada; hoy puede parecernos pequeña en cuanto a capacidad, aunque físicamente es bastante más grande que las tarjetas actuales.
Y a la derecha está un accesorio que sí pertenece claramente a otra época: un disco duro portátil de 20 GB con batería interna, diseñado para descargar en él el contenido de las tarjetas cuando éstas se llenaban durante un viaje. Era un sistema muy práctico cuando las tarjetas eran reducidas y caras; sin embargo, hoy ha quedado obsoleto, ya que las tarjetas pueden superar con creces aquella capacidad.
